Ya por fin ha terminado el curso, un curso lleno de cambios, dudas, trabajos, llantos y alegrías. Un curso marcados por numerosas citas de padres, un curso dónde todos los profesionales (tutores, profes de idiomas, portería, secretaria, pt, terapeutas) y por supuesto la familia, hemos estado volcados con estos 3 pequeños. Han sido grandes retos a los que nos hemos enfrentado, pero ahora tenemos el mayor reto de todos, el verano. Cuando la mayoría de familias piensan en el verano, tienen en mente los famosos campamentos de verano, los talleres de piscina, las ludotecas, y todo aquello que suponga que tendrán a los niños entretenidos y tú seguir disfrutando de libertad. Porque para qué nos vamos a engañar…., cuántos padres sufren porque se tienen que encargar de los niños, y no tienen tiempo de trabajar y descansar con pequeños danzarines jugando al lado! Para nosotros y para otras tantas familias, el verano es para desconectar, ya que pensamos que los niños han trabajado muy muy duro d

 Pues sí, ya hemos dado el pistoletazo de la cuenta atrás, parece mentira pero ya no queda nada, tan sólo 3 semanas de cole.  Y mientras lo que le preocupa a la mayoría de padres es qué harán con sus hijos a partir del 23 de junio, mi preocupación es cómo llevarán y cuánto tiempo tardarán en acostumbrarse a su nueva rutina, y en nuestro caso esta preocupación es un poco mayor este final del curso porque hemos tenido que tomar muchas decisiones. Una de ellas es dejar a los niños en un mismo sitio para las terapias, el día a día da para lo que da, y por desgracia ahora mismo vemos la necesidad de priorizar cosas que para otros no son ni siquiera una necesidad, pero que en nuestro caso es una gran necesidad. Y dado que de cara al próximo curso, ya tendremos 2 peques en primaria, las terapias no las podemos tener muy tarde, porque ya no rinden.  Empieza ahora una nueva etapa. Días cortitos en el cole, que ayudan muchísimo para alargar el día y poder hacer más cosas juntos. Tardes donde el