Comienza la recta final

 Pues sí, ya hemos dado el pistoletazo de la cuenta atrás, parece mentira pero ya no queda nada, tan sólo 3 semanas de cole.  Y mientras lo que le preocupa a la mayoría de padres es qué harán con sus hijos a partir del 23 de junio, mi preocupación es cómo llevarán y cuánto tiempo tardarán en acostumbrarse a su nueva rutina, y en nuestro caso esta preocupación es un poco mayor este final del curso porque hemos tenido que tomar muchas decisiones. Una de ellas es dejar a los niños en un mismo sitio para las terapias, el día a día da para lo que da, y por desgracia ahora mismo vemos la necesidad de priorizar cosas que para otros no son ni siquiera una necesidad, pero que en nuestro caso es una gran necesidad. Y dado que de cara al próximo curso, ya tendremos 2 peques en primaria, las terapias no las podemos tener muy tarde, porque ya no rinden. 


Empieza ahora una nueva etapa. Días cortitos en el cole, que ayudan muchísimo para alargar el día y poder hacer más cosas juntos. Tardes donde el baloncesto juega un gran papel (al menos aún en junio), nuevas terapias, nuevos retos, y prepararnos para un nuevo comienzo con un merecido descanso de por medio. Y claro, parece que nuestro descanso empieza en breve, pero la realidad es que no. Una familia realmente no descansa nunca!!, los que somos padres sabemos que siempre tenemos el chip en la cabeza de estar pendientes, independientemente de la edad de nuestros hijos. 

Para nosotros el descanso es que ellos se despejen, que no sientan el agobio del corre corre diario, que su mente pueda desconectar, sin que dejen de golpe la rutina, creemos que eso es fundamental, al igual que es fundamental que puedan disfrutar del verano igual que el resto del planeta. Tiene que haber tiempo para todo, desde no hacer absolutamente nada un día, a ir a la playa, al monte, de picnic, o incluso a una acampada en el patio de casa. Y todo ello combinarlo con las terapias (al menos en julio😅), para no perder del todo el ritmo.


Muchos me han preguntado porqué no ponemos a los niños en campamentos de verano, pues bien…además del dineral que cuestan (casi el doble que una matrícula de cole) teniendo en cuenta un son 3, creemos que llevarlos a campamentos de verano, produciría en ellos la misma ansiedad que llevarlos al cole, pero esto no sólo es un pensamiento hacia los míos, sino que los hago extensible al resto. Porque durante un mes, estaríamos con el corre corre de lunes a viernes, sin tiempo de aprovechar el verano para lo que pueda surgir. Es como si los adultos tuviéramos la necesidad extrema de que los niños estén ocupados para que podamos seguir en nuestra rutina, y cuánto más tiempo metidos en un sitio mejor. Y yo veo a mis hijos, y veo la necesidad un tienen de desconectar, veo lo agotados que están, veo la clara necesidad de que ellos tengan realmente unas vacaciones. 

Entradas populares de este blog

Carta abierta de reflexiones

Ser un caradura, ser un hipócrita

Las alas de Aarón