Más cambios
A pesar de que llevo unas cuantas entradas que he escrito y que no he subido, quizá porque aún no estoy preparada para compartir ese tipo de reflexiones, o quizá porque crea que son demasiado personales para poder ver la luz; llevo un par de días dándole vueltas a algo que probablemente afecte a muchísimas familias en una situación parecida a la nuestra.
Y que son los cambios, sino aquellas cosas que hacen que hacen girar de una forma más alocada nuestra vida, hasta que somos capaces de acostumbrarnos a ella. Es muchas veces dramático pensar en cambios. Eso asusta bastante, hasta el punto en que preferimos que las cosas sigan iguales, porque cambiar implica movernos de otras maneras, en otras direcciones, y buscar nuevos puntos de vista que hagan fluir las situaciones. Cambios….
Ya sabéis que el gran cambio fue a principio de este curso, un nuevo cole. Que aprovecho para decir que ¡madre mía qué cambio!. Los niños están avanzando de una manera extraordinaria, y aprovechando al máximo los recursos que les proporcionan. Nosotros como padres estamos muy contentos.
El otro gran cambio, es que Samuel ahora mismo (y hasta que se llegue a resolver el tema de la incapacidad) está oficialmente en el paro. Como sabéis lleva ya casi 2 años con algo que no sabemos lo que es, pero que le impide hacer algún tipo de vida normal. Es un cambio frustrante, porque no es algo que dependa de nosotros, sino de terceras personas, que por desgracia son personas y se pueden equivocar.
Pero he aquí otro cambio, yo he empezado a trabajar en una cafetería muy cuca. Y he aquí nuestros miedos e inquietudes al cambio. Ahora las tornas se han tornado, la que siempre estuvo dentro ahora está fuera, el que siempre estuvo fuera ahora está dentro. Y los que cuidamos a personas con discapacidad sabemos lo difícil y complicado que es. Para mí es mucho trabajo, fuera, dentro, más seguir cosiendo y seguir haciendo cosas que nos hagan felices. Pero ….. no puedo estar más contenta. Veo cómo nuestros hijos, a pesar del autismo, están aceptando mejor los cambios, y ellos ven que mamá siempre va a estar al pie el cañón. También ven como los adultos tenemos miedos e inseguridades, y ven como si permanecemos juntos, lo podemos superar.
Al final todo se basa en ser familia, algo que a priori parece muy fácil de hacer, y la realidad es que ser familia es complicado. Porque ser familia implica ponerte en el lugar del otro para buscar soluciones que puedan ser accesibles y buenas para la otra persona. Y cuando hay cambios tan bestias, lo mejor es buscar un equilibrio entre trabajo-familia-casa-vida. Por suerte, en mi trabajo existe este equilibrio, lo que hace que todo sea menos complicado y todo fluya de una mejor manera.
La vida es un continuo cambio, que tenemos que saber abrazar, para poder ayudar a que esta vida que tenemos (que es única), pueda seguir fluyendo, y pueda seguir ayudando.