Ser un caradura, ser un hipócrita

 Tenía pensado escribir sobre otras cosas, pero es que la frescura e la gente me ha podido para escribir sobre esto. Como sabéis, uno de nuestros hijos tiene además de TEA más cosillas, una de ellas es movilidad reducida por motivos “x”, por lo que le han dado no sólo la tarjeta azul de aparcamiento, sino que también le han concedido una plaza de minusválidos con la matrícula de nuestro coche. En apariencia, hasta ahí todo claro y transparente. Pues bien…. ¿Cuál es el problema? Él problema no es otro, que él no respetar no sólo una plaza de minusválidos que tiene matrícula, sino la cara de pensar que por ocupar un poco que más da. Tenemos concedida una plaza de casi 6 metros, ya que tenemos una furgo. Esta medida no es sólo por la furgo, sino que también es contando la apertura del maletero para poder sacar y meter la silla o el andador. Pero la gente es tan caradura, que en su pensamiento de “total por un fisco no pasa nada”, provoca que en mi plaza, que estoy pagándola, y que es para mi hijo, y que está concedida por sus necesidades, no pueda abrir el maletero, porque un personaje ha aparcado como no debía porque le cuesta mucho caminar. Es flipante. 


Y lo peor es que cuando lo dices, se molestan porque claro, es que no eres un buen vecino, es que eres problemático, es que no debes avisar a la policía porque es una multa muy grande. ¿La gente que es lo que quiere?  Lo quiere todo a cambio de nada. Y esto es algo que como sociedad no podemos permitir, que hay muchos que sólo se dan cuenta de eso, cuando tienen a alguien que quieres con una discapacidad de este calibre, pero sino es un fisco y no pasa nada. 


Somos una sociedad hipócrita, que hacen sentir a la víctima como el verdugo, por hacer valer el derecho de un niño. Pero esta hipocresía surge en muchísimos ámbitos, no sólo con los aparcamientos para minusválidos, sino con el toreo que se hace a muchísimas familias con niños con diferentes discapacidades en los centros de educación, por no querer colaborar con los terapeutas, o por decir que es demasiado para el centro, cuando muchos de estos centros son públicos y tienen la posibilidad de tener más personal y recursos. Hipócritas dentro de las propias familias, cuando se “ofrecen” al típico cuenta con nosotros para todo lo que necesite el niño, o si quieres que nos quedemos con ellos para que ustedes salgan, o el queremos ayudaros en todo que tiene que ser difícil, pero luego, ,ni una llamada, ni un mensaje, y molestos sino acudes cada año a una comida, porque claro…., ¡es que somos familia! 


La idiotez, está claro que está garantizada en los tiempos que corren, y mucho me temo que cada vez va a ir a más. Yo hablo aquí de mis experiencias y vivencias, ya sea porque me toca en primera persona, o porque lo vivo con gente que nos importa, y cada día es para fliparlo más. Estamos dejando a los niños una educación y una empatía que es una auténtica basura, desde pequeños creamos seres hipócritas con metas en el materialismo y el yoismo, eses que recurren a engaños,  a tergiversación, a buscar el pasar pon encima de todo y todos, Pero claro, es lo que la mayoría vive en sus hogares. Y después los pocos que queremos educar en valores no impuestos, los que queremos hacerle comprender a los niños lo bueno y válidos que somos todos, que hay que respetar y muchos etc más, somos en gran mayoría los que tenemos niños o familiares con discapacidad. Es muy muy triste lo que estamos viviendo. 

Y creo que esto es algo para reflexionarlo y pensar seriamente en todo lo que podríamos cambiar, modificando un poco nuestra mentalidad. 

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