Encierros

Durante la pandemia, ya vivimos un encierro en casa bastante “divertido”, es curioso como los seres humanos llegamos a límites insospechados cuando nos dicen que no podemos salir de casa. Cuando pasó ese tiempo, pensamos que nunca más lo volveríamos a vivir. Estábamos equivocados!!

Las decisiones de los que están por arriba de nosotros, nos han afectado tantísimo, que son muchos los que han tenido que guardar cuarentena por haber sitos contagiados con COVID en este último mes . Pero la tristeza viene, cuando has de aislarte para no ser contagiado porque tus hijos o tú sois de riesgo, o cómo en nuestro caso hay algún tipo de intervención quirúrgica que provoca que toda la familia guarde un aislamiento estricto.

Para un niño con TEA es ponerle el mundo que conoce patas arriba, y aunque J, ha celebrado enormemente tenerse que quedar en casa, hemos requerido la ayuda de su terapeuta para poder hacer unos pictogramas para que sepa lo que va a suceder. Ya ha sido para él bastante desagradable tener que hacerse el test de antígenos, pero ¿sabes cuánto va a sufrir cuando esta semana le hagan la pcr?
Si ya de por sí, es imposible quitarle un diente que ya tiene casi suelto, pues imagínate lo que es una pcr en una camilla de hospital. Y ya cuando llegue el día de la intervención no me lo quiero imaginar 😶😶.

Es importante en estos casos, aunque nosotros estemos nerviosos (más por el bicho que por la intervención en sí), mostrarle a nuestro peque que todo es un juego en dónde vamos a tener recompensas si llegamos hasta el final. Hacerse la pcr tranquilo es igual a una recompensa, la intervención tranquilo otra recompensa, la recuperación en casa tranquilo, otra recompensa. Si nuestros peques lo ven como un juego será fácil y sencillo. 

Pero todo esto no sólo afecta a J, también a I y a M, ya que sus vidas también han sufrido un cambio, porque al igual que su hermano tienen que estar aislados. Así que para ellos también es importantísimo hacer de esto un juego, para que ayuden a su hermanito y para que no se tomen el encierro como algo horrible.

Es por eso que tanto Samuel como yo, hemos creado una especie de gymcana para estas semanas, haremos actividades y fichas del cole para que no pierdan el hilo, haremos juegos con la plastilina y muchas cosas más. Para ellos serán unos días lúdicos e inolvidables. ¿Y para nosotros?

Estamos tan pendientes de nuestros peques que se nos olvida pensar también en nosotros, se nos olvida descansar de forma correcta, desconectar, respirar un poco. Se nos olvida que nosotros también somos personas, nuestra condición pasa a un segundo plano para que nuestros hijos estén lo mas cómodos y tranquilos posibles, para que ellos no sientan que su mundo ha dado un vuelco. Pero cuando hablamos de TEA, no sólo tenemos que pensar en las personas que tienen este transtorno, sino también en aquellos que los cuidan y están con ellos. Juntos somos una piña, a la que, al igual que una flor, hay que cuidar y mimar en su conjunto, sin olvidarnos de nadie. Juntos hacemos posible que el día a día funcione, respetándonos y cuidándonos mutuamente, aprendiendo lo mejor de cada uno y superando aquello que nos cuesta. 

Nos hemos propuesto hacer también nosotros una gymcana particular, para que estas dos semanas sean llevaderas para todos, con momentos de tranquilidad para todos y momentos de desconexión para usar la hora libre en lo que cada uno prefiera.

Esta claro que no hay mayor obstáculo que el que nos ponemos nosotros mismos. Por eso, coger con optimismo cada día y hacerla una aventura es lo mejor que podemos hacer para sobrevivir en este mundo que nos ha tocado vivir.

Entradas populares de este blog

Carta abierta de reflexiones

Ser un caradura, ser un hipócrita

Las alas de Aarón