Reflexiones necesarias .

 Llevo varios días reflexionando, pensando, y preguntando al aire muchas preguntas de las cuales la mayoría no tienen respuesta. Y todo esto ha venido ahora a mi mente, porque veo no sólo la ansiedad y la frustración, sino también la tristeza en los ojitos de J. A medida de que el peque va creciendo, va sintiendo y comprendiendo que su pieza de puzzle no encaja con las piezas de los demás. Empieza a sentir que da igual lo que él haga, porque no lo entienden, siente que no quieren jugar con él. Y eso, es muy duro para nosotros los padres, porque.. ojalá Samuel y yo pudiéramos estar en todo momento con él para que se sintiera amado y protegido, para que siguiera sintiendo que su pieza de puzzle sí encaja (al menos) en nuestra familia, que es una pieza muy importante; valiosa y única. Una pieza irremplazable.


Para conocer cómo él se sentía realmente, y para ayudarnos a que llegue a entender que él no tiene que cambiar, conseguimos el libro “Por cuatro esquinitas de nada” de Jerome  Ruiller. Este cuento, a pesar de su sencillez, lograba hacer sentir a J, que había un cuadradito igual que él, y que ese cuadradito también sentía que tenía que cambiar para encajar. Un libro que sin duda alguna seria fantástico para poder leerlo en las aulas y empezar a concienciar a los niños desde que son pequeñitos que son magníficos tal cual son, que no deberían tener etiquetas de ningún tipo. 

Y después de todo esto, seguí reflexionando sobre la falta de conciencia del autismo en el cole. Los profes no tiene ni herramientas ni conocimientos suficientes, muchos de PT siguen anclados en el pasado o mirando el “barómetro” del autismo, cuando la realidad es que el autismo es autismo, que cada persona autista es diferente la una de la otra, y por tanto sus necesidades y la forma de trabajar con ellos dependerá de sus necesidades, de lo que ellos lo logren entender, etc. 


Nuestra sociedad no para de hablar de la inclusión, pero seamos sinceros…. ¿Realmente hay una inclusión real? ¿dónde se encuentra para las personas discapacitadas ya sean de índole mental, físico, sensorial? ¿Hasta qué punto somos capaces de ver de qué en este sentido hay una falsa inclusión? ¿Porqué no hay más charlas, más actividades, para hablar de trastornos como él TEA, TDAH, del desarrollo o el de conducta? Se intentan esconder, qué no aparezcan porque eso es un problema, eso es diversidad, pero para eso no hay inclusión. Y eso mismo es lo que ocurre en los centros de educación, hay una falta de conocimiento que debería ser modificado para poder ayudar a los niños. Porque los que somos padres de hijos con trastornos, sabemos que a partir de cierta edad sólo le quedan las terapias que podemos pagar, pero de resto son sombras en un mundo “siniestro”. 


Nosotros no estamos dispuestos a que nuestros hijos sientan que no tienen un lugar por ser “diferentes”, lo curioso es que simplemente no son neurotípicos, son neurodivegentes, y tienen las mismas posibilidades y las mismas curiosidades y los mismos sentimientos que cualquier ser humano, lo único es que lo reflejan de diversas maneras. Pero en lo que la sociedad no se ha percatado, es que por mucho que digan TODOS somos iguales, eso NO es verdad, todos somos diferentes, independienetamente de ser neurotípico o neurodivergente. Él TEA es sólo un puzzle diferente, sí, pero no tiene que cambiar, tenemos nosotros que adaptarnos a ellos, y trabajar en equipo. 


Como ya he comentado en otras ocasiones, él TEA no es una enfermedad, no se cura, pero sí se trabaja, se coge los puntos fuertes y se fomentan, se trabajan los débiles, y el amor (que es algo fundamental) ayuda a que estas personas con este transtorno se sientan igual de amadas que el resto. Por suerte, nuestra familia ha aceptado lo que hay, y eso hace que tengamos un profundo amor hacia cada uno de los miembros de nuestra familia, y que cada uno de nosotros sea igual de valioso e igual de importante que el otro.

Sé que esta aventura de la vida con ellos acaba prácticamente de despegar, pero también sé que con unas bases sólidas, con sus terapias y con esfuerzo y amor mi pequeños se comerán el mundo, y esto que ahora siente J, sé que lo va a aprender a gestionar y va a ver que él es igual de magnífico que el resto, y que él también es un niño como el resto, y que ser diferentes es lo que nos hace únicos.

Entradas populares de este blog

Carta abierta de reflexiones

Ser un caradura, ser un hipócrita

Las alas de Aarón