Verano… ¿y qué más?

 Cómo habéis podido comprobar, ya hace demasiado tiempo desde mi última entrada. Y esto es comprensible si se ve desde mi perspectiva. Final de curso con todo lo que ello implica, buscar y hacer las agendas visuales para julio y agosto. Planificar la última semana de junio y todo julio, sin dejar que nada quede a la imaginación, y muchos etcéteras más que seguro ya todos conocéis. 

Pero este verano hemos dicho ¡PARA! Después de echar un vistazo atrás, vemos que es necesario respirar y desconectar, hacer cosas diferentes y divertidas y desconectar. Todos los que tenemos hijos o familiares con algún tipo de discapacidad, sabemos (hablando en tiempo) lo sacrificado que es. Tienes todos los días completos, no hay días para el error, o para imprevistos? Y después de un duro curso, te das cuenta la fortaleza que tienen los niños, mucho más que nosotros, pero aún así también necesitan desconectar.

La forma de desconectar ha sido que agosto es un mes libre de terapias, de horarios, y de todo aquello que ate a una “disciplina” diaria. La mente de estos peques también necesita desconectar para poder enfrentarse a un nuevo reto el siguiente curso. Tienen demasiado ajetreo en su día a día, demasiado estrés no sólo físico sino también mental. Es muy importante darnos cuenta de ello, ver sus gestos y sus ojos y poder saber qué ocurre. No es sencillo, pero es muy necesario, porque incluso a veces es necesario parar en medio de todo el caos y del curso. A veces las vacaciones no son lo suficiente para estas pequeñas mentes que están en alerta todo el día. 

Esta vez ellos han decidido junto a nosotros lo que les apetecía que hiciéramos, incluso días que nos han pedido quedarse en casa para estar a su “rollo”. Siguen evolucionando, y nosotros los seguimos ayudando mediante juegos, y quitar ese “corre corre” de su día a día está siendo genial y fabuloso para ellos. 

Entradas populares de este blog

Carta abierta de reflexiones

Ser un caradura, ser un hipócrita

Las alas de Aarón