Carta por los derechos de los Autistas

 Ya va quedando menos para volver a comenzar un nuevo año escolar. Y no miento si digo que desde que empezaron las vacaciones de verano,  nuestros peques han disfrutado de no tener que ir al cole, en especial J. Sin embargo, desde principio de agosto ya hemos empezado a tener nuevas crisis, preguntas continuas como si seguimos en agosto, o decir simplemente ¡no quiero volver al cole!. Es muy triste que un niño no desee volver al cole, ver a sus compañeros y divertirse en él. 

A diferencia de J, I desea con intesidad regresar al cole. Él a diferencia de J sí tiene amiguitos, y compañeros de clase que lo valoran tal y como es, que lo incluyen en sus juegos, que lo invitan a sus cumples, que lo quieren y lo protegen. Y M….., bueno M lo que es querer volver al cole no es que le encante, pero es cierto que ella va a su aire, y al menos en apariencia, no le importa no tener amiguitos, prefiere su libertad.


Todo esto sumado a una carta (si quieres leerla entra en el perfil de IG de @autismocondignidad)escrita por un padre con un hijo autista al que sus compañeros le dan de lado y ni siquiera ha sido invitado a un cumpleaños (de eso con la pequeña nosotros sabemos), a la noticia de que en un campamento de verano expulsaron a un niño TEA y que casi expulsa a otra niña TEA; nos hace reflexionar qué está ocurriendo en una sociedad dónde se habla mucho de inclusión pero que de eso hay poco o nada.

Esto nos hace pensar que aún vivimos en una sociedad marcada por estigmas en dónde prevalece el supuestamente “ser normal” ( como si eso realmente fuera genial) a él ser sencillamente TÚ. Independientemente de ser neurotípico o neurodivergentes. Ojalá la gente pudiera ver por los ojos de un peque con TEA, vería un mundo lleno de sensaciones y sentimientos completamente diferentes. Porque sí, los autistas también quieren, aman y se enfadan; también les gusta tener amigos y jugar y reír. Quieren una sociedad dónde ellos realmente tengan un lugar, y que no sea un sufrimiento y un suplicio tener que ir al cole porque no sientes que tus compañeros te escuchen o quieran jugar contigo. Que no sea un sufrimiento coger una guagua no vaya a ser que estés tan contento que de la emoción empieces a gritar y te manden a callar o te miren mal. Que no sea un sufrimiento ir al supermercado y sólo de una aglomeración de gente y cosas sin saber por dónde ir. Que no sea un sufrimiento ir a un museo y no poder gritar o llorar porque no lo acabas de comprender. Que no sea un sufrimiento dar un paseo porque no entiendan que estés vestido al 100% de aquello que te hace sentir mejor. Que no sea un sufrimiento tener que ir al médico, porque las esperas son demasido largas y al final lloras de la impotencia a no poderte ir. Que no sea un sufrimiento salir de casa por miedo a los demás.


Aún queda muchísimo por aprender, por ver la vida con un color más feliz y sin tanto juicio a los demás, tal vez seamos nosotros los que no tenemos capacidad para abrir nuestra mente y nuestro corazón a lo diferente. Todos los TEA, TDAH, y muchos etc, necesitan sentir y comprobar que ellos son igual de válidos que el resto, y que tienen una gran capacidad para cosas que cualquier mortal no podría siquiera imaginar.

Entradas populares de este blog

Carta abierta de reflexiones

Ser un caradura, ser un hipócrita

Las alas de Aarón