Sobrevivir al verano (2ª parte)

He escrito y borrado esta entrada no sé ni cuántas veces, y madre mía…. Qué complicado es escribir y expresar todo de manera directa y correcta, intentando ser objetiva. La realidad es que te propones una cosa, salen otras.

Como dije en la anterior entrada, hacemos juegos que fomenten aspectos básicos de su vida diaria, pero… ¿cómo fomentar el evitar las crisis? Aún no tengo respuesta para eso. Siguen siendo personas que no tienen interruptores, y aunque hemos estado en verano, este mes de agosto ha sido una fuerte cuesta arriba. A pesar de haber ido, como otros años, a desconectar a otra isla, este verano se ha notado que los niños son mayores, y con ello crece su habilidad, su sintonía, sus miedos, sus frustraciones, y muchos etcéteras más.

Este verano, agosto ha sido un punto de inflexión, el recordar a la memoria que el verano no es eterno, y aumentar las crisis or la sensación de agobio y horror de volver al cole. Porque como J me dice: “mamá, voy saludo a Héctor (su tutor) y ya está, porque yo ya sé todo lo que puedo saber y no quiero volver”. Afortunadamente tiene unos profes que se preocupan e intentan crear una piña en el aula, pero la mente del autista que compleja es. Ojalá hubiéramos podido hacerle entender en agosto lo bueno que era disfrutar en casa, el parque, en el monte, en la playa, y que lo importante es disfrutar cada día. Pero como ya sabéis, J se proyecta siempre en el futuro y para el divertirse sabiendo que va a haber algo próximo que no le agrada es complicado.


Así que ya te puedes imaginar, que mes hemos llevado. Porque esto ha sido un no parar. Pero ha sido en este punto, donde me he planteado y dado cuenta muchísimas cosas. Como que la gente, sólo ve a un niño malcriado mientras tiene una crisis, o piensan que les ha pasado algo muy gordo cuando lloran una hora. Qué mal educada está la sociedad. No podemos ayudar a nuestros hijos a que intenten disfrutar y desconecten, si continuamente están viendo cómo les observan, haciendo que se sientan peor, insignificantes, heridos, incómodos. Eso sí, ¡TODO EL MUNDO OPINA!. No saben de qué, pero todos son opiniones, que si esto, que si lo otro, que si necesita esto otro. ¿Pero tú estás segura que es autismo? Qué verano más agotador. 

Pero a nivel de padres, hemos podido aprender de los “errores” (para llamarlos de algún modo), y buscar aquello que mejorar no sólo de cara al próximo verano, sino de cara a este curso. 

Hemos descubierto como a J el ruido del ventilador le relaja (modo buscar un ventilador mini portátil activado), como a M le molesta cada día más los ruidos fuertes, o necesita tener la ventana el coche abierto. Hemos visto lo fuerte y decidido que es I a pesar de los muchos dolores que tenga. Hemos visto la sensibilidad de nuestros hijos, y lo afortunados que somos de tenerlos. 


Lo he dicho muchas veces, el trabajo de padres es tremendamente complicado, y los que tenemos niños autistas, o con capacidades diferentes, tenemos un plus de complicado aumentado. Pero gracias a ellos, creo que nosotros estamos logrando ser mejores, buscando en todo momento las necesidades de ellos, y aprendiendo de la mano en algo en lo que no hay manuales. 

Entradas populares de este blog

Carta abierta de reflexiones

Ser un caradura, ser un hipócrita

Las alas de Aarón