Sorpresa!!!

 He de decir, que no pensé que esto saliese antes que lo que ya tenía escrito, pero así es la vida. Y como bien dice el título de esta entrada, estamos de sorpresa. Porque la vida siempre sorprende para bien, y siempre le tenemos que ver el lado positivo de los acontecimientos. Como ya sabéis los niños van creciendo, y con ellos también van creciendo los “problemas” típicos de la edad, lo que en nuestros pequeños, se juntan demasiadas cosas y forman un volcán en erupción la mayoría de las veces; por lo que llegamos a tener momentos de crisis de altas magnitudes. Sin embargo, desde hacía bastante tiempo, nos habían recomendado un perro NO como mascota, sino como perro de ayuda emocional o soporte emocional. Un perro que ayudara en todo momento a los peques. 

Como madre y persona a la que no le gustan los animales (a menos de que sean de lejos y que yo no los tenga que cuidar), y como padre que ama los animales y que su sueño era desde pequeño tener un perro; lo empezamos a plantear y pensar. Le preguntamos a diferentes terapeutas de confianza, a los pediatras, médicos de los niños, y todos coincidían en lo mismo, que un perro les haría muy bien a los peques. Es cierto que no podía ser cualquier perro, sino uno de unas razas concretas, con unas características concretas, porque al fin y al cabo, con quien van a trabajar (sí, trabajar) es con los niños. 

Pues vino a nosotros, sin casi pretenderlo, una perrita que nos ha robado el corazón a los 5. Se llama Blue (por la velocirráptor de jurassic world), tiene casi 1 año, es una pointer y es sumamente cariñosa y paciente con los niños. Juega con ellos, escucha los cuentos que J le lee, las explicaciones matemáticas que I le hace, y las canciones que M le canta. Además, ya hemos podido comprobar de primera mano qué sucede cuando hay una crisis. J tuvo una crisis el sábado por la mañana, de la que aún no sé cuál fue el detonante. Blue se acercó a él y se acostó a su lado, dejó que J la abrazara y logró que se calmara en pocos minutos, Blue le hizo muestras de cariño a J, que lo agradeció con más abrazos y caricias. En ese momento comprendimos la gran importancia de esta perrita en nuestra familia.  

Ha venido en un momento crucial para el crecimiento de nuestros hijos. Y con tan pocos días en casa, ya ha conseguido crear un vínculo muy fuerte tanto con los niños como con nosotros. Yo no era capaz de apostar por este tipo de ayudas, era bastante escéptica y no creía que un perro pudiera ayudar tanto a unos niños con autismo; pero está claro que me equivoqué, y Blue nos da cada día una lección preciosa sobre él como sin decir palabra se puede ayudar a los peques en medio de su frustración, miedo y crisis. El como consigue que no se queden absortos en su interior, sino que quieran explorar juntos el mundo, que quieran salir, cantar, leer. Y todo eso gracias a una perrita. 


Quería compartirles esto, antes de lo que ya había escrito, porque para nosotros es maravilloso el poder compartir noticias tan buenas y tan relevantes en la familia. Y si esto puede ayudar y dar esperanzas a otras familias es maravilloso.

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