Lo que estamos creando….

 Aunque ya ha pasado una semana, todavía estamos con la resaca de los Reyes Magos, y lo voy a aprovechar. 

 Voy a basarme esta vez en tres puntos. 1° cantidad de regalos, 2° necesidad de subirlo a redes, 3° nada es suficiente aunque no haga falta. 



Cada vez se nota más las desigualdades de los regalos de reyes en nuestros hogares, niños que tienen sólo un par, niños que apenas tienen uno, y niños que pueden llenar un sofá + una cama con los regalos de los reyes y les queda corto. Y bajo mi opinión como madre creo que se nos está yendo esto de las manos, y os explico porqué. La mayoría de los niños reciben también tropecientos regalos en papá Noel, porque claro…. Tienen que disfrutar el periodo vacacional para poder jugar. Pero vienen los reyes y no se les puede dejar sólo con tres regalos porque es una cutrada, necesitan otros tropecientos, de los cuales habrán muchos que lleguen al próximo año sin ni siquiera estar abiertos. Muchos padres les crean una falsa necesidad a los niños, y les enseñan que tendrán aquello que pidan y más. Por supuesto no hay que quitarles la ilusión, pero eso dista mucho de la realidad a la que se tienen que enfrentar. 

Digo esto, porque hay muchos padres que se acaban sintiendo culpables por no poder regalarle a sus hijos todo lo que desearían, incluso hay padres que caen en la trampa de pedir mini créditos que ni siquiera pueden luego pagar, para comprar unos regalos para que vean que los Reyes les han dejado muchísimas cosas. 


Yo, como todos sabéis, soy madre de 3 niños autistas y quiero que mis hijos vivan la ilusión y la emoción de los Reyes Magos, pero para ello no hace falta endeudarse o hacer que mi casa parezca una tienda. Si son 3 Reyes…¿porqué van a tener 50 regalos? Desde pequeños les inculcamos que tenemos que aprender  compartir, que tenemos que aprender a que no siempre podemos tener aquello que queremos, que no por tener más regalos vamos a ser más felices, que lo importante no la cantidad de regalos que nos puedan dejar, sino la ilusión que le ponemos a las cosas, a preparar con ellos algo especial para los reyes, a preparar con ellos la carta y echarla al buzón, al decirles que si hay algo que no pueden traer no pasa nada, que nos quedarán otros años para poderlo volver a pedir. 

Si nosotros no hacemos esto, seríamos unos padres nefastos, porque al final sí saben que pidan lo que pidan se lo van a regalar….¿dónde queda la ilusión y la sorpresa?, ¿dónde queda el saber que los reyes tienen que compartir con todos los niños?



Y esto lo enlazo a la necesidad imperativa de subir los regalos envueltos y desenvueltos a las redes/estados/grupos. A veces tengo la sensación de que es una adicción el que todo el mundo vea tu vida, la vida que te has montado de cara a la galería, qué peligroso es. Lo primero porque tienes la necesidad de que las otras personas vean lo buena madre o buen padre que eres simplemente por la cantidad de regalos. Segundo porque estás creando la misma absurda necesidad a tus hijos, porque creen que ahí, haciendo eso van a ser más felices. Y tercero, estás creando un escaparate que va a ser difícil borrar. 

Tú no necesitas mostrar nada de eso, tus hijos tampoco!. Y la pregunta que yo hago es…. ¿cómo es posible que yo no sea capaz de subir contenido de mi trabajo, de lo que estoy cosiendo, de poder escribir en el blog, etc… y haya gente que cada 10 min pone cosas nuevas? 

Siento que las redes sociales, que deberían servir para ayudar al trabajo, para ser una herramienta comunicativa positiva, lo estamos convirtiendo con el uso que le damos en una adicción, estamos enseñando a nuestros hijos, que lo importante es tener tiempo para colgar cosas por internet, y nos estamos olvidando de que ese tiempo debería estar volcado en jugar con los niños, charlar con ellos (y no a través del WhatsApp), salir a dar un paseo sin necesidad de a cada paso que das saques una foto para subirla y poner “con mi familia en Santa Cruz “, “comiendo un helado con mi familia”, “ahora comiendo esto”. Si se supiera el daño que eso hace a la mente de nuestros hijos. Sin quererlo les estamos diciendo que es necesario esponerse, les estamos abriendo la puerta a un mundo que nadie controla, y el colgar cosas tan simples como tu cama llena de tus regalos de reyes, da demasiada información de tus gustos, de lo que usas, de cómo es el cuarto de tu hija, etc. 


Y todo esto lo termino con mi tercer punto, nada es suficiente. Para muchos padres un juguete no es suficiente, pudiendo tener 5 nancys para qué te vamos a regalar sólo una…., lo mismo hay cuatro que no abre en su vida, y si las abre se quedarán olvidadas en un rincón. Tampoco es suficiente si el niño ya tenga una Nintendo, porque si ya está usada….. porqué no otra, y esta vez con 10 juegos más. Sin tener plena conciencia estamos metiendo a los niños en una necesidad de compra compulsiva, estamos facilitando que los niños sean compradores de cosas que no necesitan, que sientan la necesidad de comprar, de tener. Estamos provocando que muchos entren en un bucle que es difícil salir.



Esta es mi reflexión de este año, la primera de muchas seguramente.

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